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Para Estos Estudiantes Inmigrantes la Meta no es la Graduación sino la Supervivencia

Actualizado: 22 abr

Por Rafael Garcia | Publicado Originalmente en cjonline

Dodge City | 6 de Abril 2023


De los aproximadamente 40 estudiantes en el programa SLIFE de Dodge City High School, solo cinco hablan español como su lengua materna. Los demás, hablan varios dialectos indígenas de America Central. Rafael Garcia/ The Capital-Journal


Todos los días, Corrina Carlos entra a su salón de clases y le da los buenos días a sus pollitos. No responden en inglés sino en español, k'iche' Y q'eqchi'.


En su mayor parte, los “pollitos", como Carlos llama cariñosamente a sus estudiantes- la entienden cuando ella habla y va del inglés al español, pero los estudiantes y la maestra se enredan en partes de la conversación que no pueden entender.


Es lo menos que Carlos puede hacer para darle a sus pollitos una educación básica y una oportunidad de supervivencia en una sociedad y un mundo nuevo para ellos.


En los últimos años, Dodge City High ha enfocado sus esfuerzos en sus estudiantes con educación formal limitada o interrumpida: adolescentes que llegan al distrito con poca o ninguna educación previa. Ellos, al igual que los adultos, emigran a los Estados Unidos y a Dodge City principalmente en busca de trabajo, y no necesariamente asisten a la escuela.


Estos estudiantes, sin duda, son niños inteligentes, pero nunca tuvieron la oportunidad de llegar más allá de una educación primaria básica.


El desafío, sin embargo, es convencerlos de que un año o dos de escuela pueden marcar la diferencia para ellos a medida que se convierten en adultos que trabajan.


"He trabajado con niños durante unos 25 años, y este trabajo ha sido el más exigente y emocional, porque hay mucho en juego", dijo Carlos. "Queremos que estos niños tengan éxito. No les estoy enseñando biología para cumplir con algún requisito para ir a la universidad, les estoy enseñando cosas que necesitarán para sobrevivir en este país y tener una vida mejor".

Cómo un salón de clases del suroeste de Kansas se convirtió en un refugio para estudiantes inmigrantes


La maestra del programa SLIFE de Dodge City High School Corrina Carlos, mira como dos de sus estudiantes compiten en un juego estilo pictionario para enseñarles conceptos y palabras en ingles. Sergio Sic Lux/ Special Para The Capital-Journal


Si bien muchos distritos en Kansas trabajan con estudiantes que están aprendiendo inglés, Dodge City es único en su tipo en sus altos porcentajes de estudiantes inmigrantes, muchos de los cuales provienen de los países más pobres y con poca educación de América Central.


Los inmigrantes, durante décadas, han sido pilares del trabajo en la ciudad empacadora de carne. Sus hijos, de manera similar, son un gran porcentaje de los niños inscritos en el distrito escolar local. Alrededor del 46% de los 7,100 estudiantes del distrito escolar USD 443 de Dodge City hablan un idioma distinto al inglés en casa, dijo Diana Mendoza, directora de Inglés para Hablantes de Otros Idiomas y diversidad del distrito.


Educarlos siempre ha requerido recursos adicionales: los fondos federales y estatales aseguran que los inmigrantes reciban apoyo para aprender y dominar el inglés.


Pero mientras ese tipo de apoyo es común en cualquier salón de clases con estudiantes inmigrantes en todo el estado o el país, los líderes del distrito USD 443 en Dodge City notaron un creciente subgrupo de estudiantes que no estaban siendo atendidos adecuadamente: adolescentes que tenían una educación previa extremadamente limitada, si es que tenían alguna. Al enseñar a los estudiantes más jóvenes, las escuelas podrían al menos intentar sentar una base educativa para ellos, pero muchos de los adolescentes no tuvieron mucho sobre qué construir, y mucho menos tiempo para hacerlo.


"Estos estudiantes vienen a nosotros, y no necesariamente tienen mucha educación formal previa", dijo Diana Mendoza. "Vienen a nosotros para sobrevivir".


Después de que el superintendente Fred Dierksen llegó hace seis años, él y otros líderes del distrito buscaron modelos en todo el país que pudieran ayudar. Ellos encontraron una nueva forma de describir a estos estudiantes. Estudiantes con educación formal limitada o interrumpida. Y en ausencia de fondos estatales específicos para enseñar a este tipo de estudiantes, el distrito utilizó fondos de su financiamiento de educación bilingüe para comenzar un programa único en su tipo en Kansas. Para dirigirlo, los líderes escolares recurrieron a Corrina Carlos, una maestra de educación especial desde hace mucho tiempo cuyas habilidades bilingües ayudaron a iniciar el programa.


Y así, nació el programa SLIFE de Dodge City High School.


Cada estudiante que llega al distrito se reúne con la coordinación de padres que determina las necesidades de la familia, al mismo tiempo, analizan el historial escolar que los estudiantes podrían traer, si es que lo hay. Si bien no hay una definición clara de quién califica para el programa SLIFE, Diana Mendoza dijo que los coordinadores trabajan con los padres u otros cuidadores para determinar de forma individual, cuánta educación previa tiene cada estudiante, así como su nivel de inglés.


Dada la naturaleza altamente transitoria de los estudiantes en el programa, el número de SLIFE tiende a aumentar o disminuir incluso en el transcurso del año, pero en esta primavera, los maestros del programa están trabajando con unos 40 estudiantes.


SLIFE se trata de la supervivencia de los estudiantes en Dodge City

Se asume que la mayoria de los estudiantes del programa SLIFE de Dodge City High School son inmigrantes, algunos están aquí con estatus de asilo, como refugiados o indocumentados. Pero la escuela no rastrea ni pregunta a los estudiantes esa información.


Incluso comunicarse con los estudiantes de SLIFE, la mayoría de los cuales provienen de América Central, puede ser un desafío para los maestros del programa, ya que no es un hecho que los estudiantes hablen español.


La mayoría son al menos algo competentes en el idioma, pero en realidad crecieron hablando varios dialectos de sus países de origen, como la lengua indígena k'iche' de Guatemala. El español, entonces, se convierte en "un trampolín" para que Carlos y otros maestros y paraeducadores de SLIFE eventualmente les enseñen inglés.


Anteriormente, Carlos era la única maestra en el programa SLIFE, apoyada por algunos paraeducadores, pero el programa ha crecido para incluir a otros dos maestros que trabajan con los estudiantes en lecciones de matemáticas y ciencias sociales.


Cada uno de los tres maestros de SLIFE incorpora naturalmente la educación en inglés en sus lecciones, pero Carlos se enfoca en enseñar el idioma y las habilidades para la vida de los estudiantes, con un fuerte énfasis en lograr que los estudiantes alcancen la fluidez conversacional. Las lecciones se adaptan con un enfoque de quinto o sexto grado, en lugar de uno para adolescentes de preparatoria.


Pero eso es lo que los estudiantes necesitan.


"Estamos aprendiendo a leer. Estamos aprendiendo a escribir, y estamos aprendiendo a hablar, mientras aprendemos a comprender lo que leemos, escribimos y hablamos", dijo Carlos. "Eso va a ser al final, pero mis niños están aquí casi todos los días, incluso los que trabajan de tiempo completo. Todavía vienen a la escuela. No tienen las actitudes que algunos otros niños podrían tener, porque ellos están muy agradecidos de estar aquí.

"Son muy respetuosos, y todavía piensan de esa forma en la que los maestros son importantes".

Aunque los estudiantes carecen de educación secundaria formal, muchos vienen con habilidades y conocimientos aprendidos en otros lugares. Recientemente, hubo un estudiante que provenía de una familia de carpinteros y era extremadamente hábil para calcular fracciones y ángulos, por lo que la escuela lo colocó en SLIFE y en una clase de matemáticas separada, pero más avanzada, para estudiantes de inglés.


En este momento, los estudiantes asisten a clases electivas limitadas, pero la esperanza de la escuela es eventualmente contratar más maestros de SLIFE para otras materias y trabajar con maestros en campos de educación técnica para exponer a los estudiantes a más oportunidades profesionales potenciales, dijo la directora de Dodge City High School, Martha Mendoza.


"Quiero que nuestros maestros entiendan que estos niños vienen con habilidades, y puede ser un trato recíproco", dijo la directora. "No son pizarras en blanco. Vienen con mucha experiencia y muchas habilidades que necesitamos aprovechar".


Mantenerlos en la escuela

Tres estudiantes del programa SLIFE trabajan juntas armando un rompecabezas. Líderes escolares dicen que actividades en colaboración enseñan a los estudiantes a interactuar y a trabajar juntos en el entorno escolar. Sergio Sic Lux/Special Para The Capital-Journal


El mayor desafío para Carlos y los otros maestros de SLIFE es la cantidad limitada de tiempo que tienen con los estudiantes. La mayoría llega a los 16 o 17 años: demasiado jóvenes para trabajar, al menos con sus documentos legítimos, pero demasiado mayores para recibir las bases educativas necesarias para graduarse. Además, los estudiantes llegan y se van durante todo el año, los recién llegados reemplazan a los estudiantes que se mudan a otro lugar o dejan de asistir a la escuela.


"Eso puede ser un desafío como maestros, ya que podemos estar trabajando con los niños durante varios meses, y luego tenemos un nuevo estudiante que tal vez solo fue la escuela hasta el tercer grado", dijo Carlos. "Sin embargo, tenemos mucha suerte de que nuestros niños que han estado aquí por un tiempo den un paso adelante y les ayuden. Es un poco difícil apartar a los nuevos para ponerlos al corriente, pero ese es nuestro objetivo".


Dicho esto, a pesar del estímulo de Carlos para que los estudiantes permanezcan en la escuela, solo unos pocos se gradúan. Muchos, si no la mayoría, dejan la escuela para trabajar en el momento en que cumplen 18 años. Incluso los estudiantes que sobresalen uno o dos años escolares en SLIFE probablemente carecerán de los créditos necesarios para graduarse, ya que los estudiantes que ingresan a SLIFE rara vez vienen con el historial o créditos transferibles de las escuelas de sus países de origen.


"Muchos de ellos vienen porque quieren trabajar", dijo Diana Mendoza. "Quieren encontrar una manera de sobrevivir. Saben que tienen una familia que necesitan mantener, pero nuestro sistema dice que deben permanecer en la escuela hasta que tengan 18 años. Al menos esa es su intención inicial. Muchos de ellos pueden venir a trabajar y se dan cuenta de que les gusta la escuela, pero no pueden seguir estudiando después de los 18 años".


Diana Mendoza, quien también es miembro de la Junta de Regentes de Kansas, y otros líderes del distrito escolar USD 443 de Dodge City, están trabajando en un plan que utilizaría los fondos de educación para adultos de los Regentes, para crear un nuevo programa que permitiría a los estudiantes de SLIFE continuar sus estudios incluso después de cumplir el límite de edad para estar dentro del sistema de las escuelas públicas. Los estudiantes podrían continuar asistiendo a clases de inglés y posiblemente recibir GED o equivalentes de diplomas de escuela secundaria.


Pero en el fondo, SLIFE es mucho más que la graduación.


"Una de las cosas de las que nos dimos cuenta cuando comenzamos SLIFE fue que es cierto: algunos de nuestros niños no se graduarán", dijo Carlos. "Pero estos niños van a estar en nuestra comunidad. Van a trabajar. Van a tener familias e hijos, y luego esos niños vendrán a nuestras escuelas, y ellos conocerán el valor de la educación, porque es una situación muy diferente a la de sus países de origen".


Encontrar una familia en otros estudiantes inmigrantes


He trabajado con niños durante unos 25 años, y este trabajo ha sido el más exigente y emotivo, porque hay mucho en juego”, dijo la maestra de SLIFE, Corrina Carlos. “Queremos que estos niños tengan éxito. No les estoy enseñando biología para cumplir con un requisito para ir a la universidad, les estoy enseñando cosas que necesitarán para sobrevivir en este país y tener una buena vida. Sergio Sic Lux/ Para The Capital-Journal En la escuela se entiende que la mayoría de los estudiantes de SLIFE están aquí con estatus de refugiados, con asilo o incluso indocumentados, aunque eso no es algo que la escuela rastree o pregunta, dijo Martha Mendoza. El único deber de la escuela es proporcionar y apoyar su educación pública.


"Le damos la bienvenida a cualquiera que entre por nuestras puertas", dijo la directora. "Sabemos que son nuevos en nuestro país, y empezamos desde allí. No sabemos nada sobre su estatus legal, y eso es irrelevante para nosotros".

De las docenas de estudiantes en SLIFE, la mayoría viven aquí con hermanos, abuelos u otros familiares con los que se han encontrado cuando han inmigrado a los EE.UU. Pocos de ellos están aquí con sus padres.


Cuando estudiantes como Juana Castro Jiménez llegan a Dodge City, a menudo se sienten abrumados por una intensa sensación de aislamiento en el sexto grado de una escuela en la vasta extensión del área conocido como High Plains de la parte suroeste de Kansas.


Cuando voló a Wichita e hizo el viaje por carretera hacia Dodge City para estar con su hermana, Castro Jiménez comenzó a preguntarse si realmente había tomado la decisión correcta al dejar a su madre en Guatemala y hacer la caminata de 1,600 millas que duró semanas para poder llegar a Kansas, toda una odisea por la oportunidad.


"Durante bastantes días, estuve deprimida", dijo la adolescente en español. "casi no salía. Simplemente sentía que algo faltaba dentro de mí".


Pero en el programa de SLIFE, Castro Jiménez encontró un grupo de adolescentes que pueden no venir de los mismos países o incluso hablar los mismos dialectos, pero podían entender la sensación de soledad que sentían colectivamente. Incluso los maestros y paraeducadores ayudaron a dar un sentido de pertenencia entre el grupo.


"Me ayudan a sentirme más segura de mí misma, de que no estoy sola", dijo Castro Jiménez. "Lo logré, y puedo graduarme, y eso me da mucha alegría. Quiero hacer algo con mi vida. Quiero ser doctora. Quiero trabajar y poder pagarle a un abogado para que tome mi caso de inmigración, todo mientras estudio y trabajo para tener una carrera".


"Tal vez estoy demasiado cerca de ellos, pero no tienen a nadie más", dijo Corrina Carlos, maestra de SLIFE de Dodge City High School. "Tenemos que estar aquí para ellos, y la escuela se asegura de que eso sea posible". Rafael garcia/ The Capital-Journal


Más allá de las clases de inglés y las lecciones de habilidades para la vida, Carlos sabe que igual de importante para la supervivencia de los estudiantes es que encuentren una comunidad que puedan llamar suya en Dodge City High School.


"Algunas personas pueden pasar y decir: 'Wow, están jugando' ", dijo la maestra. "Pero es para que mis niños puedan trabajar y reír juntos, eso es lo mejor que podemos hacer por ellos para que construyan amistades, ya que no tienen mucha familia aquí".

Es por eso que los estudiantes de SLIFE son los pollitos de Carlos. Son sus estudiantes y sus niños.


"Somos una familia. No importa si son de Guatemala, El Salvador o Nicaragua, están juntos cuando están aquí", dijo Carlos. "Tal vez estoy demasiado cerca de ellos, pero no tienen a nadie más. Tenemos que estar aquí para ellos, y la escuela se asegura de que eso sea posible".


Esta historia fue producida con el apoyo de una beca de la Asociación de Escritores de Educación y traducida por AB&C Bilingual Resources, LLC.


Rafael García es reportero de educación para The Topeka Capital-Journal. Puede comunicarse con él en rgarcia@cjonline.com o por teléfono al 785-289-5325. Sígalo en Twitter en @byRafaelGarcia.‬


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